Cuando llegan estos días a la Casa, parece que ella tiene un sentido oculto y lo sabe, el Patio tiene una luz diferente, los azulejos brillan de otra forma, y hasta las centenarias columnas de madera parecen alegrarse de ello, y es que llega la Navidad y con ella la Zambomba del Pumarejo.
Unos días antes y casi siempre los mismos van quedando a ratitos y adornando la Casa con bolas de colores, espumillones y un sin fin de cachivaches que se van colocando cada año en lugares diferentes, después se tienen varias reuniones para organizar lo que ya esta organizado de un año para otro, pero en el Puma gustan las reuniones.
Al final lo de todos los años, que hay que encargar los botellines, quien se encarga de esto o de aquello, mandar un correo pidiendo colaboración y etc. etc.
Este año se repartieron 50 cajas de botellines Cruzcampo, 15 litros de vino Celedonio rico vino de las tierras de Extremadura concretamente de las bodegas de Cancho, buen amigo, 5 litros de vino dulce, cinco litros de mosto, 5 kilos de lentejas, Montaditos de chorizo donado este por el amigo Paco el Puertero que no podemos confundir con puñetero, ni con putero, pues quiere una Puerta para el Mercado, y que los golfos de los políticos le niegan una y otra vez, y por supuesto lo que todos los años la gente espera con mucha impaciencia, las MIGAS, de nuestra compañera Rocío y que este año no pudo dedicarse de lleno a hacerlas al estar ocupada con su pequeña Marina, pero la cocinera suplente Mª Ángeles además de realizar las migas, ha sabido ganarse al público este año con las lagrimitas de pollo al azahar pues estaban para chupar la cucharilla ricas ricas como diría un cocinero vasco, antes de las migas nos amenizo la noche nuestro querido coro de Italiano, mientras la candela en el centro del maravilloso patio consumía madera y mas madera como decía nuestro admirado Groucho Marx.
Si he echado de menos este año los clásicos villancicos, cantados alrededor de ese fuego, que aunque no suelen ser de mi agrado hay que reconocer que pegan mas que otro tipo de musica en estos días, Felisa la abuela de la Casa como siempre anduvo por allí ayudando a M. Ángeles un rato con las migas en lo que su edad le permite, y como siempre riñéndole cariñosamente a unos y otros a ella le gusta hacerse notar y demostrar que es la que tiene el mando y control de la Casa. Las Maribeles con su ya clásico puesto de hilaturas, y luego un mogollón de gente que cada año viene a visitarnos y se quedan encantados con la historia, las costumbre, y sobre todo con gran fauna variada como le gusta llamar a Luis de la gente que habitamos La Casa Grande del Pumarejo.
Feliz Año 2014 a tod@s
